Las tortugas marinas tienen alrededor de 150 años de antigüedad y son uno de los animales más longevos que existen. De hecho, en otras épocas llegaron a ser una de las poblaciones más grandes del mundo. Han sobrevivido tantos años gracias a sus diferentes estrategias de supervivencia y sobre todo a un sistema de reproducción muy efectivo en el que no realizan cuidado parental.
Estas poblaciones están disminuyendo en todo el mundo debido a que se han visto afectadas por diferentes factores, casi todos ellos antropogénicos. Sus principales amenazas son las actividades humanas como la pesca o la navegación (con 1.895 varamientos en 23 años en Tenerife), pero también son víctimas de los plásticos y basura marina, la recolección ilegal de huevos, la depredación, la destrucción de sus hábitats, la erosión de las playas y el cambio climático. Un proyecto de la Universidad de La Laguna trata de revertir esta situación, trabajando con pescadores, cofradías y otros agentes de la pertinencia de su preservación, y formándoles en el manejo de las tortugas marinas ante situaciones de varamiento.
Un momento de la formación impartida por Claudia Hurtado. Imagen cedida.
“Estos animales tienen una gran influencia en varios ecosistemas debido a su vida migratoria, en la que transfieren energía de unos ecosistemas a otros. Se trata de organismos consumidores y a su vez son la fuente alimento para otros grandes depredadores, aportan nutrientes a muchos ecosistemas, son huéspedes de parásitos y sustrato para muchos epibiontes (moluscos sujetos al caparazón de los animales)”, asegura el biólogo marino José Carlos Hernández, que junto con la antropóloga Raquel Modino lideran el proyecto. Cuentan con la ayuda de investigadora predoctoral Claudia Hurtado, quien está impartiendo talleres formativos sobre esta materia. Esta iniciativa está financiada por el Grupo de Acción Costera de Tenerife (GAC Tenerife), gracias a la colaboración del Centro de Recuperación de la Fauna Silvestre la Tahonilla y el área de pesca del Cabildo Insular de Tenerife.
El archipiélago canario es una importante zona de paso para muchos animales marinos, incluidas las tortugas, que llegan a las aguas canarias mediante corrientes y pasan aquí parte de su estado juvenil, alimentándose de las praderas de fanerógamas que se encuentran en los arenales de las islas, de los crustáceos, las medusas y otros pequeños organismos que hacen ricas las aguas de Canarias.
Por otro lado, muchas de ellas vienen a las islas para alimentarse justo antes de irse a otras zonas de reproducción y anidación como Cabo Verde, continúa el biólogo marino de la Universidad de La Laguna. Sin embargo, en el archipiélago también se ha registrado una disminución de las poblaciones de tortugas marinas en sus aguas. “La mayoría de estos varamientos se relacionan con la interacción de los animales con artes de pesca, sobre todo redes fantasma, que llegan también empujadas por corrientes”. De hecho, la mayoría de las tortugas que ingresan en la Tahonilla han sido recuperadas y devueltas a su hábitat natural con éxito.
El objetivo general de este trabajo es pues sensibilizar a los colectivos de usuarios del mar y de los recursos marinos de Tenerife sobre el estado actual de las poblaciones de tortugas marinas que habitan o transitan las aguas que circundan la isla, especialmente Caretta caretta y Chelonia mydas, ‘tortuga boba’ y ‘tortuga verde’ respectivamente, pues estas dos especies están clasificadas en peligro de extinción. Ambas especies de reptiles marinos, además están contempladas dentro de la Directiva Hábitats de la Unión Europea como especie prioritaria, y la primera de ellas también está incluida en el Catálogo Español de Especies Amenazadas con la categoría de Vulnerable.
El equipo ha diseñado materiales de divulgación y sensibilización ambiental adaptados a los diferentes públicos. También trabaja en dos protocolos: uno de observación de las tortugas, orientado a minimizar el impacto de las interacciones con los humanos, y otro de manejo en el caso de varamiento de estos animales. Igualmente es propósito del equipo investigador lograr la participación de los usuarios del mar y de los recursos marítimo-costeros de Tenerife en las labores cotidianas de la Tahonilla.
<
p class=»text-right»>Source: ull.es