El señor gerente de la Universidad de La Laguna nos sorprendía en el día de ayer con unas declaraciones a un medio de comunicación indicando que la ULL iba a adelantar las vacaciones, suspendiendo las clases a partir del próximo lunes ante el aumento de casos de COVID19. Al parecer, no sólo estaba concediendo vacaciones anticipadas al PAS, que es el colectivo bajo su responsabilidad, sino que estaba también concediéndolas al alumnado y al profesorado. Ningún responsable de la organización de la actividad del PDI había comunicado al profesorado esta decisión, ni ofrecido argumentos sobre el porqué de tal drástica decisión, de la que nos enteramos a través de medios de comunicación y redes sociales.
El profesorado ha planificado en las correspondientes guías docentes la docencia del curso en función de un calendario académico oficial. Además, dado que estamos es situación de pandemia, el vicerrectorado competente reguló que debía ser planificada por partida doble. Esto es: en función de unos escenarios 0 y 1 (presencial o con presencialidad adaptada a través de los recursos de Google meet plenamente integrados ya en nuestra práctica). Realizamos este trabajo, plenamente conscientes de que, en cualquier momento, en función de la situación pandémica, el profesorado, que está perfectamente preparado para transitar de un escenario a otro pudiera seguir cumpliendo con sus obligaciones docentes y, sobre todo, seguir ofreciendo un servicio público de manera continua y en interés de la formación de nuestro alumnado.
La situación vivida estas últimas semanas podría trasladarse perfectamente a un guión surrealista de serie B. Obligan a cerrar puertas y ventanas para grabar un anuncio de una estrella mediática en Bellas Artes, al tiempo que señalan al profesorado, al que recuerdan la normativa y medidas anti Covid en sucesivos comunicados durante esta última semana desde los diferentes decanatos, que no deben cerrar las ventanas si hace frío y que debe continuarse con la docencia presencial. Se exige al alumnado presentar certificados para recibir docencia telemática y se lamenta que no hayan acudido al cribado arbitrado por la institución. Pero que, de todas formas, asegura la rectora (según se recoge en prensa el día 16 del presente mes) en la ULL no se ha generado ningún brote de Covid-19, sino que “la reciente ola de contagios se ha producido fuera, en los entornos privados de los estudiantes”. Sin embargo, en el día de hoy ha emitido una resolución, siguiendo lo adelantado ayer por el gerente.
Es obvio que la gestión de la pandemia es un asunto muy complicado, sí. Precisamente por esto debemos mitigar, en todo lo posible, los efectos negativos que la misma pueda tener en la educación de nuestro alumnado. Para dicho propósito el profesorado se ha preparado en los últimos años planificando dos escenarios, uno de docencia presencial y otro de docencia no presencial. ¿Qué ha hecho el equipo de dirección de la Universidad con todo este esfuerzo al decretar la finalización del periodo lectivo? ¿Por qué decreta la paralización de la docencia sin considerar todo el trabajo que el profesorado ha hecho para atender las necesidades educativas de nuestro alumnado? Esta falta de consideración, de todo punto inaceptable, tanto al profesorado como al alumnado, afecta gravemente a la misión que la Universidad de La Laguna tiene como institución de educación superior. Nos parece inexplicable desde cualquier punto de vista y muestra la falta de criterio y precipitación de la actual dirección de la ULL en la toma de decisiones.
Estimada compañera, estimado compañero, el trabajo del profesorado merece más respeto y la percepción pública del mismo, como servidores públicos que somos, no debe resentirse más por la incapacidad de los actuales dirigentes. No queremos que nos adelanten vacaciones, menos aún si una decisión así no se comunica siguiendo los canales previstos institucionalmente por los responsables de las cuestiones académicas. Hemos programado nuestro cuatrimestre en función de un calendario oficial y en función de los escenarios posibles, quedando clases por impartir, tutorías programadas, reuniones, evaluaciones parciales… pero dice el gerente que nos vayamos de vacaciones. Seguimos reiterando nuestro doble principio de lealtad con nuestra institución, pero de firmeza en la defensa de nuestros valores y convicciones universitarias. La situación generada en torno a este asunto nos parece intolerable.
Programa Alternativo para el Profesorado.