La incontrolada llegada de turistas supone una temeridad con graves consecuencias para la salud de la población y la economía del Archipiélago

La promoción de llegada sin ningún tipo de control en origen de turistas, procedentes de territorios que triplican la tasa de incidencia del virus en el archipiélago, sumado a las graves deficiencias que presentan los servicios de salud, hace presagiar un desastre sin precedentes. La previsible llegada este fin de semana de 37 vuelos procedentes de Alemania y 73 operaciones desde Reino Unido, siquiera, sin garantía alguna de la realización de test a los viajeros ni en origen ni destino, supone una gravísima temeridad de los ejecutivos canario y español.  Estos territorios europeos (Alemania o Reino Unido) no dudaron en blindar sus fronteras e imponer cuarentenas cuando la incidencia del virus en Canarias superó los 50 casos por 100.000 habitantes.

Ahora, con los servicios sanitarios públicos con una alta ocupación de camas UCI y de hospitales de tercer nivel, una Atención Primaria y unos servicios de salud pública colapsados y con gravísimos retrasos en la detección y rastreo de casos por falta de recursos humanos, se añade este nuevo foco de presión sobre la población y el personal sanitario. Y es que, para gestionar esta grave emergencia sanitaria, el Gobierno canario, presionado por los sectores económicos, insiste en priorizar la economía a la salud, a riesgo de que perdamos la una y la otra.

Desde el punto de vista puramente sanitario se sigue insistiendo en el mismo error. El planteamiento es: “A ver cuántas horas de locales de ocio abiertos puede soportar el sistema”. Nada importa la salud de los canarios, no solo de los pacientes afectados por la COVID-19. Tampoco la de aquellos que presentan patologías diferentes y que no pueden ser atendidos, generando graves complicaciones, cronicidad de sus dolencias y muertes. No podemos olvidar, que esta pandemia, azota a Canarias con una sanidad debilitada por sucesivos años de recortes de medios materiales y humanos, lo que condiciona las mayores listas de espera del conjunto del estado y también la sociedad más enferma de patologías y complicaciones prevenibles. Tanto en el caso de la COVID-19, como en este último, lo grave es que hablamos de mortalidad evitable.

En estos meses, el gobierno no ha trabajado para recuperar plantillas y adaptarlas a las ratios necesarias. No se está aislando a los contactos con un paciente COVIDO-19 positivo y la realización de las pruebas PCR se retrasa más de 8 días. En estas circunstancias, este gobierno no está en condiciones de garantizar control alguno sobre el verdadero estado de salud del turista o visitante.

Source: intersindicalcanaria.org

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