Aún en plena crisis sanitaria, en uno de los momentos, económicos y socialmente, más difíciles que hemos vivido en este rincón del Atlántico, cuando el archipiélago se aproxima a una situación de pobreza y exclusión social sin precedentes, conmemoramos este 22 de octubre, Día de la Bandera Nacional Canaria (blanca, azul y amarilla con siete estrellas verdes).
Recordemos que nacida en 1964, esta enseña, que nuestro pueblo reconoce cariñosamente como “la tricolor”, acompañó las luchas de los movimientos políticos, sociales, sindicales, estudiantiles, de mujeres, así como nuestras fiestas populares y todo acto de reivindicación de la identidad de Canarias, a partir de la segunda mitad de la década de los sesenta hasta la actualidad. Si hoy, podemos afirmar que un símbolo unifica al conjunto de nuestra nación, ese es “la tricolor con siete estrellas verdes”.
Su triple significado, como símbolo de la unidad nacional de Canarias, de nuestra identidad frente a otros pueblos del mundo y, de la lucha por los derechos y el progreso de la mayoría social de nuestro pueblo no ha estado exenta de represión contra quienes la hemos exhibido y ondeado, medio siglo de persecución y medio siglo de lucha constante avalan nuestra enseña nacional. Por ello este 22 de octubre, una vez más, recordamos a quienes nos antecedieron en nuestra lucha, a quienes por su defensa fueron objeto de persecución, detención, tortura y encarcelamiento.
Esa persecución perdura hasta nuestros días tal como se demuestra con la reciente sentencia de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo, que, a instancia de la abogacía del estado español, declaraba ilegal el izado de nuestra bandera en un mástil secundario a la entrada del consistorio de la capital tinerfeña como un símbolo identitario y reconocido por nuestro pueblo. Recordemos que esta fue otra de las ocasiones que se iza oficialmente nuestra bandera tras haberse hecho inicialmente en los ayuntamientos de Las Palmas de Gran Canaria y La Laguna en 1979, promovidos por la Unión del Pueblo Canario (UPC).
Desde INTERSINDICAL CANARIA, que nace con dos banderas como símbolos, la canaria y la roja, representación del movimiento obrero internacional, entendemos que la única enseña que unifica la lucha por la soberanía nacional y la mejora de las condiciones de vida del conjunto de nuestro pueblo es esta y en consecuencia mantenemos nuestro firme compromiso de su defensa frente a la bandera del vasallaje utilizada por las instituciones autonómicas que solo representa el mantenimiento de una economía dependiente que reproduce en Canarias las peores condiciones laborales, salariales y sociales del estado español y, que, acaban manifestándose en índices estructurales de desempleo, precarización, pobreza y exclusión social para nuestra clase trabajadora.
La aprobación del nuevo estatuto de autonomía de Canarias en 2018 constituía una oportunidad para que, quienes durante 30 años han gobernado y administrado nuestra pobreza, tuvieran el gesto de valentía de reconocer que la “tricolor” es la bandera que nos representa y la más reconocida en el conjunto del Archipiélago, pero la cobardía política primo una vez más en su gobernanza sobre los deseos de nuestro pueblo.
Desde Intersindical Canaria, este 22 de octubre, instamos al Parlamento de Canarias a abrir un debate para el reconocimiento oficial de nuestra bandera, y, en su defecto, si no tienen el valor de enfrentarse a Madrid en esta obligación política y moral, abran un proceso de consulta popular, que a este pueblo no le faltará el valor para defenderla. Intersindical Canaria, renueva, como cada día, nuestro compromiso con el conjunto del pueblo canario y, especialmente, con su clase trabajadora, de no cejar en el empeño de continuar la defensa de nuestra bandera hasta que un día, no lejano, la veamos ondear en la sede de Naciones Unidas, junto al resto de banderas de las naciones libres del mundo.
Source: intersindicalcanaria.org