La tortuga que llegó a Las Canteras y a la que el Cabildo tuvo que amputar una aleta regresa al mar como símbolo de la contaminación oceánica

• Puede sobrevivir en el medio marino, pero su movilidad queda condicionada y tendrá serias dificultades para reproducirse
• El Centro de Recuperación de Fauna tuvo que practicar la amputación tras la necrosis al enredarse en rafias y redes
• La Institución insular liberó hoy al ejemplar juvenil en la Playa de Hoya del Pozo

El Cabildo de Gran Canaria liberó hoy viernes la tortuga juvenil llegada a principios de julio a la Playa de Las Canteras y a la que hubo que amputar la aleta delantera izquierda completa en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de la Institución insular a causa de la necrosis que le causó enredarse en sacos de rafia y redes de pesca.

Esta tortuga boba o caretta caretta regresó a su mundo sumergido desde la Playa de Hoya del Pozo con esta mutilación que a priori le permitirá mantenerse con vida pero que limitará su movilidad y condicionará su capacidad de caza, al margen de convertirse a su pesar en un símbolo de las consecuencias del impacto humano en los océanos, afirmó la consejera de Medio Ambiente del Cabildo, Inés Jiménez.

Las mayores complicaciones para este ejemplar, si logra alcanzar la edad adulta, aparecerán cuando llegue el momento de la reproducción. Si es hembra, se encontrará llegado el caso con serias dificultades para excavar la arena y practicar el agujero para desovar, aunque está demostrado que otras tortugas con el mismo problema lo han logrado con un esfuerzo titánico. En el caso de los machos, tienen problemas para copular.

Más allá del sexo de estas tortugas, cuya determinación requiere de un estudio genético, lo cierto es que cada año el Centro de Fauna trata una media de 30 ejemplares que llegan heridos y por lo general envueltos en una maraña de plásticos, rafias y cabos, al margen de la decena que se avistan muertas y que suponen apenas un tímido reflejo de las muertes provocadas por el uso del océano como si fuera un gran vertedero azul.  

En el envés de la historia de esta tortuga se encuentra en el operario municipal que dio aviso al Cabildo y en la intervención de la Institución insular para salvar al animal, aunque el riesgo de infección obligó a tomar medidas drásticas.

Este ejemplar, como ocurre con todas las tortugas heridas que terminan en el Centro del Cabildo, ha pasado a formar parte del proyecto europeo INDICIT sobre la basura marina con el fin de conocer y monitorizar el estado del medio marino a través de las tortugas, ya que por sus características y movimientos ejercen de indicadores para medir el estado de los mares.

El Cabildo insiste en la importancia de actuar correctamente al encontrar tortugas, ya que en ocasiones se comete el error de liberarlas con la intención de ayudar y pueden tener en su interior anzuelos o plásticos, por ello es importante llamar al 112 o al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre a través del 928 35 19 70.

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Fuente: cabildo.grancanaria.com

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