Una parte del estudio que ha permitido a la epigrafista y codirectora de la Cátedra Cultural de Estudios Bereberes de la Universidad de La Laguna Irma Mora Aguiar descifrar el alfabeto líbico-bereber de El Hierro está disponible desde el pasado lunes 26 de julio. Este trabajo, resultado de diez años de investigación y objeto de una tesis doctoral defendida el pasado mes de abril, ahora puede consultarse gratuitamente en el n.º 2 del volumen 21 de la revista Vegueta.
La transcripción de una escritura consiste, básicamente, en establecer los valores fónicos de sus grafemas. Para ello, es necesario partir de un método epigráfico riguroso y falsable, basado en la gramática de la lengua que representa. La transcripción del alfabeto líbico-bereber herreño permite, por tanto, leer los textos epigráficos de los aborígenes herreños. Pero, además, también se pueden leer las inscripciones del resto de islas, dado que la doctora Renata Springer demostró en 2017 que a todas ellas llegó el mismo alfabeto.
En cuanto a las posibilidades de traducción, de momento se han logrado identificar los constituyentes (verbos, sustantivos, pronombres, preposiciones, etc.) y los morfemas gramaticales (elementos que indican el género, número, persona, etc.) que conforman estos textos, pudiéndose establecer una parte importante de su gramática. Tal análisis ha permitido corroborar el parentesco de la lengua aborigen con el líbico antiguo y con el bereber moderno, tal y como habían venido demostrando los estudios del material lingüístico no procedente de las inscripciones, iniciados por el viajero y comerciante escocés Georges Glas en 1764.
Los lapsus ortográficos cometidos por los escritores aborígenes han posibilitado la detección de algunos de los rasgos dialectales de su habla, lo cual permite, entre otras cuestiones, establecer su lugar de procedencia. Así, ciertas variantes fónicas, como la vacilación en la escritura de los pares de consonantes */s/ y */ ʃ/ o */t/ y */tˤ/, revelan la procedencia meridional de los bimbapes, ya que se trata de rasgos históricamente vinculados a las hablas bereberes de Mauritania, sur de Marruecos y Sahara central. Esta conclusión respalda la hipótesis previa que había defendido Mora en su estudio sobre los marcadores alfabéticos canarios.
Por otra parte, el análisis gramatical ha desvelado que las inscripciones herreñas contienen nombres propios (aparentemente, antropónimos y etnónimos) que informan de manera directa sobre el trasfondo histórico y cultural de estas poblaciones. Asimismo, dado que los antropónimos y etnónimos poseen una vigencia y una distribución espacial determinadas, su estudio permitirá establecer de forma más precisa la cronología del poblamiento y el lugar de procedencia de los primeros colonizadores del archipiélago.
En definitiva, la transcripción de las inscripciones líbico-bereberes es el primer paso para aproximarse a la visión que tenían de sí mismos los antiguos canarios (perspectiva emic), complementando, apoyando o discutiendo las perspectivas exógenas o etic imperantes. Sin embargo, para lograr la traducción completa de los textos se requerirá el esfuerzo continuado de muchos investigadores durante un tiempo considerable, lo cual solo es posible mediante una apuesta firme de las instituciones académicas y patrimoniales responsables. Con ello, se podrá dar el salto desde la Prehistoria a la Historia de los aborígenes canarios.
Source: ull.es