Las inscripciones líbico-bereberes de Canarias abren un volumen sobre las escrituras del Mediterráneo

Recientemente, en los Anejos de Veleia de la Universidad del País Vasco, se ha publicado la obra Aprender la escritura, olvidar la escritura. Nuevas perspectivas sobre la historia de la escritura en el Occidente romano. Este volumen, dirigido por los profesores Noemí Moncunill (Universitat de Barcelona) y Manuel Ramírez (Universidad de Las Palmas de Gran Canaria), está dedicado a los sistemas gráficos del Mediterráneo occidental, desde la protohistoria hasta la caída del Imperio Romano. La obra ha contado con la participación de más de una veintena de reconocidos epigrafistas en el ámbito internacional.

El bloque inicial está dedicado íntegramente a la escritura líbico-bereber de Canarias y del norte de África. Se compone de dos capítulos redactados por las doctoras Renata Springer e Irma Mora, miembros de la Cátedra Cultural de Estudios Bereberes de la Universidad de La Laguna. En el primer capítulo, «La investigación de las inscripciones líbico-bereberes canarias: un siglo y medio de estudios», Springer realiza un recorrido historiográfico a través de esta escritura, incidiendo en las cuestiones que quedan por resolver. Además, proporciona un inventario de los yacimientos y signos de El Hierro, Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura: las islas con mayor número de inscripciones. Por último, compara sus grafemas con los alfabetos norteafricanos y saharianos.

En el segundo capítulo, titulado «La dispersión de la escritura líbico-bereber desde Numidia hasta Canarias», Mora compara 1.389 inscripciones norteafricanas y 115 herreñas con el fin de localizar la procedencia de los signos característicos del alfabeto canario. El resultado es que las inscripciones más parecidas se concentran en las estelas del limes romano y en los paneles rupestres del sur de Marruecos. Este hallazgo lleva a Mora a postular la existencia de un tercer alfabeto líbico antiguo: el meridional, empleado en la frontera presahariana. Así pues, se constata que, tras la romanización, este alfabeto se extendió hacia el sur, llegando a la región de Tafilalt y extendiéndose hacia el valle del Draa. Desde esta franja geográfica, tras el cambio de era, el líbico meridional llegaría a Canarias.

Se trata de la primera vez que la escritura líbico-bereber de Canarias se parangona con otras del Mediterráneo en una monografía de alcance internacional.

Source: ull.es

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